Amabilidad:
o Contestar el teléfono con el protocolo apropiado: Identificando el área, el nombre y el apellido de quien responde, saludo.
o Solicitar el nombre del cliente, la ayuda a sentirse acogido, y utilizar con relativa frecuencia dicho nombre le hace sentir reconocido e individualizado: “es tan amble y me indica su nombre”
Amabilidad es el atributo de servicio que determina la construcción de vínculos con los clientes. Un trato amable permite que el cliente (interno y externo) se sienta individualizado, valorado y apreciado. Todo lo cual contribuye a satisfacer necesidades de orden emocional.
Si bien la amabilidad remite a la cortesía, no se limita a ella. Por el contrario, la amabilidad también implica: reconocimiento, respeto y consideración.
Reconocimiento: "Recuerda que soy tu cliente"
- Saluda con el protocolo (nombre del área, nombre y apellido de quien responde).
- Dedica al cliente el tiempo necesario.
- Indaga el nombre del cliente y utilizalo.
- No interrumpas al cliente cuando este hablando.
- No intentes adivinar lo que el cliente necesita (pregunta): ¿A que fecha de corte necesita la información?
- No utilice lenguaje técnico a menos que sea necesario y si lo es, explica al cliente el significado de los términos que estas empleando.
- Escucha atentamente.
- No asumas que entendió la pregunta: “tranquilo, no me siga explicando que ya entendí”
Parafrasea: “¿Lo que usted necesita es una certificación en el papel con membrete, con fecha de ingreso, dirigida…?”
- Transfiere adecuadamente (hacia que área transfiere, razón por la cual lo haces, nombre de quien le puede atender, extensión)
- Verificar la satisfacción del cliente: “¿he aclarado todas sus dudas sobre el procedimiento?”
- Despídete amablemente: “ha sido un gusto atenderlo, feliz tarde”.
Respeto: ¡¡¡No lo olvides soy tu cliente!!!!
- Cuando pidas información explica porque y para qué.
- Cuando le hagan una solicitud explica porque y para que: “para eliminar cualquier duda, revisare nuevamente en el sistema”.
- Mantén el control y respira profundo.
- No utilice un tono burlón; formula preguntas.
- No califiques al cliente habla con hechos.
- No seas displicente
- NO DISCUTA CON EL CLIENTE
Consideracio: ¡¡¡Cuidame soy tu cliente!!!
- Muestra empatia; ponte en los zapatos del cliente.
- No asumas que debe saber, pregunta.
- No pongas en duda la versión del cliente verifica.
- Cuando necesariamente debas decir NO explica con razones lógicas tus limitaciones para acceder a la solicitud del cliente.
- Aunque no puedas ayudar a tu cliente directamente AYUDALO siguiéndole el curso de acción alternativo.
- Consulta al cliente cualquier decisión que le afecte.